El edificio
El Museo de la Ciencia CosmoCaixa es uno de los museos de ciencia pioneros en Europa y conserva en sus dependencias gran parte del edificio modernista original, hoy integrado en el entorno.
Tras varias remodelaciones a gran escala, el Museo de la Ciencia CosmoCaixa exhibe hoy todas las mejoras ambientales conseguidas siguiendo las directrices del proyecto Edificio verde, edificio que educa.
"LA BUENA ARQUITECTURA LLEVA IMPLÍCITA LA SOSTENIBILIDAD"
Eduardo Souto de Mora
Mucho ha llovido desde que el Museo de la Ciencia CosmoCaixa abrió sus puertas en el 2004, tras la gran intervención arquitectónica de los arquitectos Esteve y Robert Terradas, que respetando e integrando el edificio modernista original, de gran valor patrimonial, abordaron la nueva construcción integrando las salas de exposiciones, dotando al entorno con la plaza de la ciencia, en una construcción moderna con grandes atractivos como la zona del Bosque Inundado, el Jardín Vertical o un cubo de cristal que flota entre el edificio modernista y la plaza, de gran belleza y originalidad. El proyecto museístico amplió las dependencias del Museo de la Ciencia de la Fundación ”la Caixa” y puso al Museo de la Ciencia CosmoCaixa en la lista de los museos de ciencia más modernos de Europa.
La responsabilidad social y la protección del medioambiente son dos estandartes del Museo de la Ciencia CosmoCaixa. Por ello, desde hace años hemos emprendido numerosas mejoras ambientales enmarcadas en el proyecto Edificio verde, edificio que educa. Hoy, los logros obtenidos en eficiencia, gestión de los recursos y cuidado de la biodiversidad nos impulsan a seguir por este camino, persiguiendo las máximas cotas de sostenibilidad posibles.
SOSTENIBILIDAD IN CRESCENDO
El Museo de la Ciencia CosmoCaixa cuenta hoy con más de 30.000 metros cuadrados dedicados a la divulgación científica. La historia del edificio original se remonta a 1904, cuando Josep Domènech i Estapà erigió la sede de un asilo para personas invidentes que funcionó a lo largo de 75 años. La remodelación y ampliación de aquel edificio patrimonial, llevada a cabo por los arquitectos Jordi Garcés y Enric Sòria, permitió en 1981 abrir las puertas del primer museo interactivo que se creaba en España. Años más tarde, y con el objetivo de ofrecer a la ciudadanía un museo de ciencia a la altura de las expectativas del inminente cambio de siglo, a finales de la década de 1990 se abordó otra gran transformación: una gran obra que, a lo largo de cinco años, integró en el entorno la construcción modernista original y dio espacio y cabida al actual Museo de la Ciencia CosmoCaixa, inaugurado en el 2004. Dos años después, en el 2006, ganaba el Premio al Mejor Museo Europeo.
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En el 2019 vino la gran remodelación de la sala permanente, reconvertida en la nueva Sala Universo, para ofrecer a los visitantes un viaje conceptual desde el Big Bang hasta las últimas fronteras del conocimiento. En paralelo, el Museo de la Ciencia CosmoCaixa ha emprendido dentro del proyecto Edificio verde, edificio que educa distintas acciones englobadas en seis grandes líneas de trabajo: gestión del medioambiente, eficiencia energética y generación de energía, eficiencia hídrica, biodiversidad y resiliencia, edificación sostenible, residuos y huella ambiental. Los continuos esfuerzos por minimizar nuestras huellas ambientales son palpables en la plaza de la Ciencia. En ella, el sistema fotovoltaico Smartflowers produce hasta 6.000 kWh al año de energía renovable para el autoconsumo; un hotel de insectos ofrece cobijo y alimento a estos invertebrados tan esenciales y, a su vez, un huerto hidropónico produce gran parte de lo que consumen los habitantes del Bosque Inundado. Y todo ello, en una atalaya panorámica desde la que disfrutar de las mejores vistas de Barcelona.